Saturday

Tratado sobre la desnaturalización de las obras escritas y otras proezas desmistificadas.

Hace unos días terminé de leer (muy poco tiempo después de haber iniciado) "La casa de los espíritus" de Isabel Allende. He de confesar que no soy una lectora altamente comprometida, por lo tanto no me atrevo a juzgar el estilo, la técnica y demás características de un libro destinadas al escrutinio de los que llamamos conocedores. Pero en realidad no fue un libro que me haya abierto las puertas a un mundo de magia (magia latinoamericana, por supuesto).

A mi parecer, el libro se asemeja demasiado a "Cien Años de Soledad" [GGM], pero con menos misticismo (magia pues) y pocos atrevimientos en la complejidad de la historia. Solo al final percibí algo que se haría más evidente en la otra novela de IA, "De amor y de sombras".


"De amor y de sombras" me hace pensar que la autora, muy a pesar de tener un estilo que bien podría comparse (sin hacerle justicia al colombiano) con el de García Márquez, muestra una faceta que el otro no. Su libro no se enfoca tanto a la peculiaridad cultural de nuestra raza mestiza, más bien, muestra el sufrimiento de una sociedad (muy latina) bajo un regimen militar, del cual GGM solo hace mención en algunas de sus obras.

Y eso es precisamente lo que me gustó. Hay que conocer a la raza para hablar de esa magia cultural que nos envuelve, define y condena. Y latinoamerica, como una raza mestiza única, ha sido forjada de tal modo, que a veces somos extraños en nuestra patria y a veces somos tan de ella como la tierra que la abarca.

Y aún queda mucho por hablar de los exiliados. Exiliados, como yo.

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