Saturday

Es el olvido la verdad más alta.

Soy lo que he sido. Habre de ser lo que dejé de ser.

En un instante dejamos de ser lo que fuimos. Pero bien nos es dado pensar que aún somos. A veces nosotros mismos. A veces alguien más que habita en nosotros. A veces la negación. A veces la aceptación. Y es que ese alguien, es tan nosotros como nosotros mismos, y su existencia dentro de la negación del ser es tal, que más valdría aceptarlo como uno mismo.

Sigo esperando aquel instante que cuenta, aquel que revela la verdad del ser. Con miedo. Un miedo inexplicable. Inexplicablemente mortal. El momento más imcomprensible. La serenidad del ser. La serenidad del alma. Sigo viviendo en la inconsistencia de mi propio ser. En la levedad de cada mañana. En la pesadumbre de las noches. Aún no creo ser lo que soy.

Nada es para siempre. Ni lo que fui. Ni lo que soy. Ni siquiera ese irónico deseo de quietud, de entrega. Mirás hacia adentro y crees conocer la eternidad. El tiempo mismo (que avanza impasible) es la imagen de la eternidad cuando ésta se mueve. Nada es para siempre.

La realidad es esto. La perpetua permanencia del olvido. Crees vivir en un instante del futuro, pero es el olvido la perfecta verdad. Yo también crei saber. Yo también crei en la eternidad. Nada es para siempre.

Y ahora, descanso. Para morir un rato. No me despiertes.


* * *

La razón era vuestra, mis amigos:
Es el olvido la verdad más alta.

[LC]


* * *

Warte nur, balde
Ruhest du auch.

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