Y el aire que respiro se convierte en plomo. El caminar se hace lento y torpe. Las palabras confusas, sin precision. La mirada perdida. El corazón, un desquiciado flujo de emociones. Y se siente la sangre en la boca. Y me saben a sangre las palabras. Y se me escapan las palabras como se escapa la sangre de mi corazón.
Y si en algo valgo, en esos dos segundos dejo de valer.
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