What troubles me the most is not this evident fixation with a writer, who at the end of the day is just a person, but the fixation with the person, who happens to be a writer.
Maybe, I am to redefine those thoughts. Maybe it's over. Maybe it's just the beginning of something worse. Or better. I'd say better.
Maybe, I am to redefine those thoughts. Maybe it's over. Maybe it's just the beginning of something worse. Or better. I'd say better.
9 comments:
CARLOS DATARMINI PSICOPATA ENFERMO PELIGROSO
SI NO QUERES QUE ESCRIBA Y ME DEFIENDA DEJEN DE ESCRIBIR MENTIRAS.
LA IDIOTA QUE TENES AL LADO ME ENFRENTA... ME ENCUENTRA. ASI DE CLARO..
TE RECUERDO:
1-TE ECHE 3 VECESSSSSS DE MI CASA IBAS Y VENIAS CON EL CAMIONCITO DE LA MUDANZA, Y LLAMABAS LLORANDO A MI MAMA,TE ACORDAS ???
2-ME DIJISTE EL DIA QUE TE FUISTE:SI HUBIERAS TENIDO UN HIJO CONMIGO ME HUBIERAS TENIDO QUE VER DE POR VIDA
MIRA QUE LOCO Y ENFERMO ESTAS.
PARA ESO TENES UN HIJO ??...CONMIGO NO..
3-SE TERMINO LA RELACION POR QUE ADEMAS DE TUS CELOS ENFERMIZOS, LLAMADOS CONSTANTES, IDENTIFICADOR DE
LLAMADAS REVISADO TODO EL TIEMPO POR VOS, ADEMAS ME INSTALASTE UN PROGRAMA EN LA COMPU PARA GRABAR TODO LO QUE HACIA Y ESCRIBIA.. QUE ENFERMOOOOOOO POR DIOS !!
TE QUEDABAS HASTA TARDE BUSCANDO POR INTERNET A QUIEN PERTENECIAN LOS NUMEROS
UN ENFERMOOOOOOOOOOOOOOOO
4-TE CATAPULTASTE CUANDO DIJISTE QUE IBAS A BUSCAR UN ABOGADO PARA QUEDARTE CON LA TENENCIA DE EZEQUIEL.
TE DIJE :ESO NO LE PODES HACER A LA MADRE.
Y COMO NO SABIAS COMO SEGUIR JODIENDOLA, SEGUISTE ADELANTE... YO TERMINE CON VOS
PORQUE UN TIPO QUE HACE ESO ES UN HIJO DE PUTA ... Y LO SOS.
AUNQUE DESPUES LE DIJISTE A EZEQUIEL QUE YO NO LO QUERIA ?????
TE ACORODAS COMO LO HACIAS DESNUDAR CUANDO LO LLEVABAS A LA CASA??
TE ACORDAS COMO LLORABA EZEQUIEL CUANDO NO LE DEJABAS LLEVAR JUGUETES Y LA XBOX A SU CASA PARA LOGRAR QUE QUIERA VOLVER CON VOS???
MANIPULASTE Y DESGARRASTE A EZEQUIEL CON TU LOCURA, TE ACORDAS ???
TE ACORDAS QUE EL NENE QUERIA ESTAR CON SU MAMA Y NO CON VOS ???
LE GRITABAS Y TRATABAS MAL TODO EL TIEMPO !!
SOS UN GRANDISIMO HIJO DE PUTA.
COMO SOS UN PSICOPATA PROYECTAS EN EL OTRO TUS ASPECTOS OSCUROS, ENTONCES CREES QUE TE ESCRIBO PORQUE ESTOY DESPECHADA ?????? PORQUE NO TE OLVIDE ????
POBRE DE TU MENTE ENFERMA Y POBRE QUE TENES AL LADO QUE TOLERA ESTO..BAH DEBE TOLERAR TANTO.
SI NO QUERIAS SABER DE MI NO HUBIERAS METIDO UN PAGARE FALSO PARA ESTAR CON UN JUICIO ABIERTO X 7 AÑOS QUE NO TE LLEVO A NADA.
PORQUE ES LA FORMA EN QUE QUISISTE TENERME VINCULADA A VOS ...
HACE TERAPIA .. LES HARA BIEN A TODOS.
COMO LA INUTIL ( IGUAL QUE VOS ) QUE TENES AL LADO ESCRIBE SOBRE JUICIOS Y COSAS QUE DESCONOCE,LE RESPONDO....
SI QUERES ESTAR TRANQUILO
DEJATE DE JODERRRRRRRRRRRRRRRRRRR
POR UNA RESPUESTA TUYA TE CONTESTO 50 !!!!!SABELO.
AHHH Y TE RECUERDO:
ME DIJISTE EL ULTIMO DIA QUE TE ECHE (PORQUE ESTABAS LLENO DE RABIA Y DOLOR ):
"VAMOS A VER DONDE ESTAS VOS Y DONDE ESTOY YO DENTRO DE 5 AÑOS " TE ACORDAS ..??
CREYENDO QUE ESTARIAS POR ENCIMA MIO....
TE RESPONDO: POR MAS QUE SIGAS ROBANDO 20 AÑOS MAS EN LA OBSBA Y EN EL SINDICATO
NUNCAAAAAA
PODRAS TENER LA VIDA QUE TENGO NI VIVIRAS COMO VIVO YO!!! TE HACE FALTA DINERO ( DE VERDAD ) Y CULTURA.
MEDIOCRE DE NEURONAS QUEMADAS !!
Mi historia es peculiar. Hice una carrera que no me gustaba, Pedagogía, porque era en la que admitían a aquellas personas que habían sacado una nota muy baja en la selectividad. Con esto no quiero decir que todas aquellas personas que hacen Pedagogía tienen una nota baja en Selectividad; existe una cosa llamada vocación que yo no la tenía.
Cuando la acabé empecé a trabajar en todo menos en lo que había estudiado. Soy hijo de dos personas maravillosas y, sobre todo, luchadoras. Así que me enfrenté a un mercado laboral que nada tenía que ver con la cómoda vida que lleva un estudiante. El primer trabajo que encontré fue durísimo. Se trataba de una fábrica llamada Sanaplás en la que no paraban ni para almorzar. No tenías un minuto libre en 8 horas de trabajo. El encargado de nuestro turno era una persona temible, no paraba de echar juramentos durante las 8 horas ininterrumpidas de trabajo. Rezabas para que no se averiase una máquina y tuvieras que pedirle ayuda. Sin embargo, cumplía con mi trabajo de una manera ejemplar y si se averiaba una máquina no dudaba un segundo en decírselo a mi encargado.
Lo único que me importaba era ganar dinero (ahora también, pero menos). Cuando expiraba mi contrato de trabajo con la fábrica se acercó mi encargado y me dijo: “Tranquilo Daniel que te vamos a renovar”. Cuando salí por la puerta no me vieron el pelo jamás. Esa fábrica es lo más cercano que he conocido a la esclavitud.
De ahí pasé a mejores fábricas hasta que en una decidieron hacerme un contrato indefinido. Pronto ascendí y tenía a mi cargo a 16 personas además de dedicarme al control de la calidad del producto que elaborábamos. Sin embargo, cosas de la vida, me sobrevino una enfermedad autoinmune que me provoca grandes dolores de espalda. Muy a mi pesar tuve que dejar mi trabajo y actualmente cobro una pensión del estado.
¿Qué hace una persona de 35 años sin ninguna ocupación? Gracias a Dios descubrí este mundo de internet al que me dedico plenamente y quizá en un futuro pueda complementar los ingresos
Un amigo de toda la vida, comentando con él sobre la actitud de la gente ante la adversidad, me contó una historia, que real o no, nos deberíamos plantear cuando surge un problema.
‘Un afamado cocinero, sufría de forma continua las quejas de su hija, por los problemas que encontraba en la vida. Cansado de oír tantas frustraciones, llevó a su hija al restaurante donde trabajaba.
Sobre la cocina, colocó tres ollas llenas de agua, y con un fuego fuerte las puso a hervir. Pronto, las tres ollas estaban en ebullición. En una colocó un manojo de zanahorias, en otra tres huevos, y en la tercera un manojo de granos de café.
La chica mientras tanto, se interrogaba que estaba haciendo su padre, pero sabiendo que cuando trabajaba no le gustaba le interrumpiesen, esperó impacientemente a que acabara.
Pasados los veinte minutos, el cocinero apagó el fuego y dirigiéndose a su hija le dijo: Cariño ¿qué ves?
La respuesta no se hizo esperar: zanahorias, huevos y café.
No contento con ello, la hizo acercarse a la primera olla y tocar las zanahorias. Ella lo hizo, y notó que estas estaban blandas. De la siguiente, la pidió cogiera un huevo y lo rompiera. Ella le sacó la cáscara y notó que el interior estaba duro. De la última olla, que tomase un poco de aquél líquido (ahora convertido en café) y lo probara, y ella complacida disfrutó de su rico aroma.
Padre ¿qué significa esto?
Hija, los tres elementos se han enfrentado a una misma adversidad: agua hirviendo. Sin embargo, cada uno de ellos, ha reaccionado de manera diferente.
Las zanahorias llegaron al agua duras, y tras la cocción quedaron blandas y fáciles de deshacer.
El huevo ha llegado frágil. Su fina cáscara, protegía su interior del líquido hirviendo. Ahora su interior está duro.
Los granos de café sin embargo, eran únicos. Después de estar en agua hirviendo han transformado el agua.
Ahora, dime hija, cuando te llega la adversidad ¿cuál de los tres eres tú?
¿Eres zanahoria, huevos o café?'
“¿Quién soy yo?”es probablemente la pregunta más desconcertante, profunda, difícil, emocionante e interesante que nos podemos hacer.
Es desconcertante porque a lo largo de todas las respuestas y las definiciones que nos damos de nosotros mismos siempre terminamos insatisfechos. Siempre hay algo más. Después de cualquier respuesta a que podemos llegar volvemos a un: “pero no es realmente así”. “¿Quién soy yo?”parece una pregunta simple, quizás la más simple, y sin embargo nos deja desconcertados y confundidos.
Es profunda porque desde que recibimos el don de la conciencia, del sentido del yo, es del mayor interés para nosotros. Desde el origen de pensar en el ser humano nos hemos hecho esta pregunta y ha sido motivo de nuestras reflexiones. ¿Qué puede ser más importante que entender la naturaleza del ser? Nada tiene mayor profundidad que la pregunta de quién es este “yo mismo”, la conciencia que habita este cuerpo y que vive en esta hora de la historia.
“¿Quién soy yo?”es la pregunta más difícil porque tiene miles de respuestas, y más. Sólo hacer la pregunta nos trae inquietud y ansiedad. Sentimos que es una pregunta relevante pero algo en nosotros rechaza pensarla y se quiere distanciar de la respuesta que de todos modos anhelamos. Es algo tan básico que incomoda no tener una respuesta preparada y clara. Pero cualquier explicación apresurada nos deja insatisfechos.
Cuando nos detenemos a pensar más profundamente nos damos cuenta de qué compleja e intrigante es la cuestión y aparece más vasta y escurridiza. Muchas personas se asustan de la pregunta y la dejan de lado porque “es una preocupación demasiado abstracta” para gastar tiempo en ella. O se puede sostener que es un asunto para filósofos, o que no tiene relevancia en mi vida cotidiana. ¡Pero cómo puede no ser relevante! Si es tan básica y esencial, aunque sea difícil, exija atención, tiempo y hasta tenga un halo de aventura al encararla.
Empezar a preguntarnos esta simplísima cuestión, “¿Quién soy yo?” trae entusiasmo y emoción porque abre un vasto campo de exploración ante nosotros. Quiere decir que es una puerta hacia nuestra vida interior. Cuando preguntamos seriamente, en la intimidad de nuestro ser, con honestidad total y objetiva, desnudos frente a nosotros mismos, empezamos a descubrir mucho sobre quién somos. ¿Con qué nos identificamos? ¿De dónde venimos? ¿Qué limitaciones nos auto-imponemos? ¿Cuáles son nuestros prejuicios? ¿Cuáles son las definiciones que hacemos de nosotros mismos? ¿Cómo nos vemos a nosotros mismos? Es sorprendente-a veces doloroso, a veces estimulante-llegar a conocernos en profundidad.
Pero no es solo entusiasmo lo que encontramos en el camino hacia las respuestas de esta pregunta. Hay también fascinación porque se abre un inmenso campo frente a nuestros ojos: el campo de la conciencia interior. Tenemos un conocimiento subliminal de este aspecto de nuestra vida interior pero apenas nos relacionamos con él. Y a medida que uno comprende más y más aparece con mayor claridad que la respuesta no tiene límites y que descubrimos nuevos horizontes de nuestra realidad. Fascinación y maravilla son las únicas palabras que describen este proceso. No hay realmente una respuesta clara o simple a la pregunta. Este asunto de “¿Quién soy yo?” es más bien una herramienta para explorar la propia vida interior, y no una pregunta. Se puede usar como una ventana (o un microscopio) para mirarnos a nosotros mismos y explorar la naturaleza de nuestro ser.
Podemos acercarnos a la pregunta de modo sistemático:
Yo soy un cuerpo. Todos tenemos un cuerpo y este aspecto de nuestro ser es el que más obviamente se ve. Nuestro cuerpo tiene un variedad de características: ciertas fuerzas, ciertas debilidades. Necesitamos darnos cuenta de sus diferentes aspectos y mantenerlo sano. Sin embargo también es obvio que somos algo más que nuestro cuerpo porque si se le remueve una parte (por ejemplo, una extremidad), igual seguimos siendo nosotros mismos; todavía queda un “Yo”. Yo soy un cuerpo, pero hay algo más....
Yo soy una persona que reacciona emocionalmente. Necesitamos conocer nuestras respuestas emocionales, nuestros estados de ánimo, qué es lo que los causa. Necesitamos llegar a ser objetivos con nuestras emociones, observar cómo reaccionamos. Yo soy mis emociones, pero hay algo más....
Yo soy el resultado de mi educación. Pero también....
Yo soy el conjunto de mis pensamientos. Pero también....
Yo soy el conjunto de mis defectos. Pero además....
Yo soy mis rutinas. Todos tenemos una rutina que se hace parte de nosotros. Nuestra conexión habitual con ella nos hace difícil cambiarla. Es parte de nosotros. Pero hay algo más....
Yo soy un obrero. Una persona que hace un trabajo. Esta es una de las identificaciones más fuertes que tenemos. Fácilmente igualamos lo que hacemos para ganarnos la vida con lo que somos. Pasamos tanto tiempo en nuestros trabajos que nos convertimos en ellos. Yo soy un maestro, un estudiante, un ingeniero, un mecánico cuando en realidad yo soy una persona que enseña, que estudia, que practica ingeniería, que arregla automóviles. Así es que hay en mí algo más que mi trabajo....
Yo soy alguien que aspira a una vida mejor. Todos los humanos aspiramos a la felicidad y a hacer un mundo mejor..
Yo soy un conjunto de valores.…
Yo soy amor..
Yo soy espíritu.....
Yo soy misterio.. Lo desconocido.
Uno de los pilares del aprendizaje del arte de vivir es la capacidad de conocerse y comprenderse dentro del propio entorno. Por eso, la primera relación que es necesario considerar al ocuparnos del desenvolvimiento espiritual es la que uno mantiene consigo mismo.
El ser humano no se muestra como unidad sino como un compuesto. Características genéticas y adquiridas se influyen y modifican mutuamente y, en el choque con las circunstancias, generan emociones, sentimientos y pensamientos diversos y muchas veces contradictorios: altruismo y egoísmo, amor e indiferencia.
Uno cree que su forma de expresarse es genuina; pero cuanto más se observa mejor comprende que lo que cree ser se asemeja más a un cuerpo con muchas caras que a un ser humano con un comportamiento coherente y armonioso.
Tarde o temprano esta crisis de identidad nos mueve a tratar de conocer nuestro verdadero ser. Se origina así un proceso de búsqueda de la propia identidad que puede acelerarse con actitudes, pautas de conducta y prácticas apropiadas. Algunas de ellas se describen a continuación.
Ubicarse con respecto a los demás y al Universo.
Un hombre o una mujer pueden brillar puliendo lo que ya son sin salir por eso de su pequeñez; pero para darle un sentido trascendente a sus vidas no tienen otro camino que el de universalizar su experiencia ubicándose dentro del gran acontecer cósmico y humano con equilibrio y sabiduría.
Solamente desprendiéndose de una vida centrada en sí mismo el ser humano puede acceder a sus posibilidades reales. Descubrir la vida del Universo y el mundo de los demás da la dimensión necesaria para comprender el alcance de las propias posibilidades y también da la fuerza para cumplirlas.
Uno comienza a equilibrar la relación consigo mismo cuando comprende la vastedad del Universo, su pequeñez respecto de él y, al mismo tiempo, el valor extraordinario de su vida como expresión del mismo principio que sostiene al Universo. Hasta entonces se fluctúa entre sentimientos extremos de grandeza y de impotencia personales.
Ningún ser es el centro del Universo; ni siquiera es más importante que otros aspectos de la realidad. Pero cada uno tiene un lugar único e irremplazable en el Mundo.
Cada uno debe ser consciente de la relevancia que tiene su vida para el conjunto de la sociedad en que se desenvuelve, para su familia, sus amigos y para quienes dependen de él. En otras palabras, uno reconoce su pequeñez en la medida cósmica y la trascendencia de su experiencia en el núcleo en que vive. Esto lo lleva al siguiente punto de su trabajo interior.
Respetarse a sí mismo.
Si bien nadie es el centro del Universo, toda alma es una expresión de lo Divino. Por eso ha de expresar con su vida su reverencia a lo Divino en ella. Si bien es libre para vivir como quiera, la conciencia que tiene de su potencial espiritual no le permite vivir de cualquier manera, volcarse en cualquier experiencia o dejarse llevar por impulsos inconscientes. La posibilidad de expandir la conciencia hasta abarcar al Cosmos está en uno; la manera en que uno vive ha de reflejarlo.
El respeto y la reverencia a la presencia Divina en el propio interior han de presidir la relación con uno mismo.
Ser veraz consigo mismo.
El respeto a sí mismo lleva al ser humano a mirarse objetivamente, a ser veraz, a amar la verdad por sobre todas las cosas. Sin embargo, hay en los seres un apego ancestral tan grande a sí mismos que inconscientemente tienden a la autojustificación, la autocompasión, la autocomplacencia. Lo que uno piensa, siente y hace está influido por el afán de proteger la propia imagen. Para ser veraz consigo mismo es necesario trascender esa tendencia, producto del instinto de conservación.
Para ser veraz consigo mismo se ha de mantener distancia respecto de sí mismo y de lo que a uno le ocurre. Respecto de sí mismo, porque aplicando medios objetivos de autoconocimiento se puede hacer una evaluación más completa e impersonal. Respecto de lo que a uno le ocurre, porque sólo el tiempo ubica las experiencias en su lugar y da la serenidad necesaria para comprenderlas.
No identificarse con las vicisitudes propias de la vida y del desenvolvimiento.
En la medida en que uno se identifica con sus experiencias pierde la capacidad de entender lo que le ocurre. Deja de distinguir la diferencia entre lo que es y lo que le pasa y queda atrapado en sus estados mentales y emotivos. Vive una ilusión respecto de sí mismo; sus percepciones y evaluaciones son tan subjetivas que sus experiencias no le aprovechan como debieran. Por eso, las repite una y otra vez sin comprenderlas acabadamente.
Cuando uno está pendiente de lo que le pasa vive para sí mismo. No percibe los puntos de vista ni las necesidades de otros. No se da cuenta que al mirarse sólo a sí mismo e importarle sólo lo que le ocurre desecha la posibilidad de expandir su conciencia. La vida se escurre entre sus dedos mientras oscila entre sentimientos de irritación, exaltación o depresión.
No ayuda que uno se irrite cuando le pasan cosas que le desagradan, porque el enojo no evita los errores cometidos ni cambia la realidad. Las equivocaciones son valiosas cuando se usan para aprender a no a caer en los mismos errores y a mantener un espíritu de humildad.
No ayuda que uno se exalte cuando tiene éxito, porque la exaltación no mejora lo ya realizado y gasta la energía que se necesita para dar el próximo paso en el desenvolvimiento. Cuando se usan los triunfos para vivir de su recuerdo o para sentirse más que los demás, se pierde su fruto. Los éxitos son realizaciones cuando sirven para seguir adelante, aunque la próxima etapa sea difícil e incierta.
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