Yo quisiera convencerme de que todo es para bien. De que la ilusión muere más rápido de este modo. De que los sentimientos se desvanecen en la ausencia de la esperanza (¿no ha sido acaso de este modo?.. quizás no.)
Pero entonces recuerdo los años que han pasado. El tiempo donde lo inquebrantable ha sido lo que es. Aún es. ¿Aún? Y de lo poco que se quebrantó durante ese instante que me duró una eternidad. Pero es momento de saber que esa eternidad muere. Muere con una respuesta. Yo quisiera poder permanecer ahí, sola quizás, en el abismo del tiempo que se detuvo.
¿Donde alojar los pensamientos que me regalé?
Pensamientos que ahora duelen un poco.
Pensamientos que han de ser lo que el orgullo pretendía esconder.
Pensamientos que no podrán más engañarme.
* * *
¡Que venga el engaño! Lo prefiero a la agonía de tener la verdad entre tus manos, y desear que no fuera... y desear que el tiempo fuera otro, que yo fuera otra.
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